lunes, 31 de octubre de 2011

En un país de sin sentidos.

Esperando en aquel eterno silencio apareció el director, Don Punsett:
-Señoritos, ya saben que en mi orfanato esa no es una conducta no se admite ¿verdad?-dijo con su tono de seriedad, cosa que no solía usar ya que era un director muy simpático.
-Si, señor-respondimos a coro.
-Y sabréis que os tendré que imponer un castigo ¿no?-preguntó retóricamente.
-¡¿Como?!-gritamos a coro, ya, que nunca había castigado, ni siquiera a Mike Silgueri que le había orinado la mochila a Rachel, pero era por que le gustaba, una larga historia.
-Si, no puedo permitir que se extienda esta conducta por mi orfanato.El castigo es que no os podréis volver a ver a no ser que sea en presencia de un adulto responsable.
Mi felicidad se había acabado, se esfumaría, no lo volvería a ver se iría con otras mucho más guapas que yo como Carol o Phoebe.
-¡Me niego!-gritó decepcionado- me niego a perder de vista a Eliza.
Yo y el director nos miramos al mismo tiempo y volvimos a mirar hacía el.
Yo aun que no lo conocía prácticamente, pero me había salvado la vida y aún no conocía a el amor ya que era un cría de 8 años y el uno de 9 fui todo lo rápido que mis raquíticas piernas me permitieron hacia el, me colgué de su cuello agarrado a el todo lo fuerte posible mientras nos besábamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario